El Gobierno chileno se mantiene atento ante el anuncio del presidente estadounidense Donald Trump sobre la posible aplicación de un arancel del 50 % a las importaciones de cobre. Aunque la medida aún no ha sido oficializada mediante orden ejecutiva, en Chile ya se evalúan sus posibles consecuencias.
El canciller Alberto van Klaveren aseguró que, de concretarse, la medida podría afectar significativamente las exportaciones de cobre chileno hacia el mercado norteamericano, que actualmente absorbe cerca del 11,3 % del total producido anualmente. Esto representa aproximadamente 500.000 toneladas, en su mayoría provenientes de Codelco, la minera estatal y líder mundial en producción de cobre.
Si bien desde Washington se ha indicado que el nuevo arancel no está dirigido específicamente contra Chile, las autoridades chilenas consideran necesario preparar una estrategia de respuesta que incluya la búsqueda de nuevos mercados y un refuerzo de las relaciones con socios comerciales en Asia y Europa.
“El cobre chileno sigue siendo esencial para la economía global y para la transición energética, y Estados Unidos no tiene la capacidad inmediata para reemplazar nuestras exportaciones”, afirmó van Klaveren.
En paralelo, el Ejecutivo chileno continúa conversaciones con la Oficina del Representante Comercial de EE. UU. (USTR), con la intención de explorar la posibilidad de una exención del nuevo impuesto, tal como se ha hecho en otros casos.
Por su parte, el presidente Gabriel Boric subrayó que el Gobierno actuará con “cautela y responsabilidad”, priorizando el interés nacional sin escalar tensiones con el país norteamericano.
Se espera que la administración estadounidense oficialice la medida en los próximos días. De cumplirse los plazos mencionados por el secretario de Comercio, Howard Lutnick, el nuevo arancel podría entrar en vigor a partir del 1 de agosto.
Fuente: QuePasa Media Network