Migrantes salvadoreños viven con incertidumbre ante medidas migratorias más duras en EE.UU.

Las nuevas políticas migratorias implementadas por las autoridades estadounidenses están generando un ambiente de creciente ansiedad entre miles de personas salvadoreñas que residen en el país. El endurecimiento de los operativos migratorios y un reciente fallo judicial que avala las transferencias de solicitantes de asilo a terceros países han puesto en alerta tanto a familias migrantes como a defensores de derechos humanos.

En comunidades de California, organizaciones y abogados reportan un aumento notable en detenciones, muchas de ellas en lugares inesperados como escuelas, estaciones de transporte público y centros comunitarios. “Hay miedo, sí, pero también mucha desinformación”, explica la abogada de inmigración Cynthia Grande, quien advierte que los procedimientos se han vuelto más agresivos y menos predecibles.

La preocupación ha crecido especialmente luego de que la Corte Suprema autorizara al gobierno a enviar solicitantes de asilo a otros países, sin importar si estos no son su lugar de origen. Especialistas han cuestionado esta práctica, conocida como «acuerdo de tercer país seguro», por los riesgos que implica trasladar a personas vulnerables sin garantizar condiciones de seguridad ni acceso efectivo al refugio.

Frente a este panorama, las recomendaciones más repetidas son preparar planes familiares de emergencia, buscar orientación jurídica confiable, y no firmar ningún documento sin comprenderlo plenamente. Los expertos hacen énfasis en que cada caso es distinto, pero la falta de acción o de información puede dejar a muchas personas expuestas a una deportación inmediata.

Desde ambos lados de la frontera, el llamado es el mismo: no perder de vista la humanidad de quienes migran. “Estas personas no son una amenaza. Son madres, padres, jóvenes que buscan una vida sin miedo. Eso es lo que no puede quedar fuera del debate”, concluyó Ríos.

Fuente: La prensa Grafica